Inside Out Music, 2011
Puntuación: 9/10
Presentar a Devin a
estas alturas es innecesario. Muchos no vieron más allá de los sonidos lisérgicos
de su principal proyecto Strapping Young Lad, otros supimos como apreciar el
cambio de lo extremo a unas fusiones provenientes del Pop, del Jazz y del
Ambient. Después de la saturación que tuvo Devin Townsend, llegando a disolver
el grupo que le llevó a la fama y dejando atrás todos sus otros proyectos y
colaboraciones, incluso llegando a decir que se retiraba del mundo de la música
porque le había llegado a consumir, dejó reposar esta sensación unos años, sanó,
volvió en sí y decidió crear Devin Townsend Project. Anunció este nuevo
proyecto como su vuelta a la música, a hacer lo que su corazón le dictaba,
dándole absolutamente igual la opinión de los demás y contentando la suya
propia, tal y como debe ser. Sus seguidores se tiraron de los pelos y más
cuando anunció que este nuevo proyecto estaría compuesto por cuatro discos que serían
editados en un plazo de dos años (dos editados en 2009 y dos en 2011). De ellos
solo avanzó que ‘Ki’ sería un disco ambiental, ‘Addicted’ el más Pop y comercial,
‘Deconstruction’ el más extremo y de ‘Ghost’ simplemente dijo que era una
incógnita. Llegado el día en que se editan los dos discos que cierran esta
saga, algunas cosas se han cumplido (como lo dicho respecto a ‘Ki’ y ‘Addicted’)
y han cambiado otras: se ha descifrado como será ‘Ghost’, ha añadido un disco
más a esta saga llamado ‘Ghost 2’
y, para colmo, revivirá The Devin Townsend Band para editar una segunda parte
de su disco conceptual más ilógico (líricamente hablando) conocido como
‘Ziltoid, The Omniscient’.
Antes de seguir, me
gustaría hacer un inciso. Realmente tanto ‘Deconstruction’ como ‘Ghost’ van a
ver la luz el mismo día, pero tres meses antes de su salida la discográfica ya
ha enviado las promociones respectivas y ya se puede encontrar ‘Deconstruction’
en la red. A mi este gesto no me parece bien, una cosa es hacer la promoción
dos-tres semanas antes de su edición y otra muy distinta es tres meses antes…
la gracia se pierde y realmente felicito al fan que aguante tres meses sabiendo
que puede escuchar el disco gratuitamente y no lo haga, mucha fuerza de
voluntad. Y por otro lado está el tema de la discográfica, viendo la crisis que
hay en el mercado musical deciden hacer este gesto, sabiendo que siempre se
cuela por Internet un disco, por más que haya exclusividades y métodos de
sanción para la persona que lo hace. Mucha fe tiene la discográfica en los fans
y en la expectación que envuelve a Devin Townsend.
Dicho esto,
centrémonos en lo que nos concierna. Dejando de lado las descripciones del
propio protagonista respecto a como sonará este largo, con tan solo leer
quiénes colaboran en el disco, ya esperas que será una auténtica obra de arte.
Y pongo el track-list entero junto a
las colaboraciones porque es necesario que se vea a tanto genio junto:
1. Praise the Lowered (featuring Paul Kuhr of
Novembers Doom)
2. Stand (featuring Mikael Akerfeldt)
3. Juular (featuring Ihsahn, ex-Emperor)
4. Planet of the Apes (featuring Tommy Rogers of
Between the Buried and Me)
5. Sumeria (featuring Joe Duplantier of Gojira and
Paul Masvidal of Cynic)
6. The Mighty Masturbator (featuring Greg Puciato of
Dillinger Escape Plan)
7. Pandemic (featuring Floor Jansen of After Forever)
8. Deconstruction (featuring Oderus Urungus of Gwar
and Fredrik Thordenal of Meshuggah)
9. Poltergeist
Este señor sabe
como escoger a sus músicos a la perfección. Si a esto le añadimos que no tiene
suficiente con el batería que le ha estado acompañando durante tantos años, Ryan
Van Poederooyen (Terror Syndrome, The Devin Townsend Band), y que necesita otro
mucho más extremo para que se alternen en los distintos cambios musicales del
disco, contratando al espléndido Dirk Verbeuren (Soilwork, Scrave, Aborted),
señores, lo que puede salir de aquí es, vamos, sobrenatural. A toda esta
expectación falta añadirle la pieza clave que engloba todo el disco: la
grandilocuencia que aportan las harmonizaciones de la Orquesta Filarmónica
de Praga.
Empecemos a hablar
del disco…. la primera referencia que tenemos es que es el más extremo de esta
saga y tal y como se inicia, nadie lo diría. Tanto “Praise The Lowered” como
“Stand” son una auténtica montaña rusa: inicios calmados, con un intenso crescendo hasta conseguir el clímax y
mostrar su lado terrorífico, volviendo de nuevo a la tranquilidad. A estas
alturas no es de extrañar, entre otros aspectos, es uno de los sellos de Devin
Townsend. Al igual que las letras, que bien pueden explicar lo sencilla que es
la vida gracias a las drogas dejando atrás toda responsabilidad y cordura, como
repartir cera y mandar a la sociedad a tomar por saco, sobretodo a todas
aquellas personas que se creen superiores por defender unos ideales solo por
moda y creyendo que por ello son mejores personas, cuando realmente lo que
necesitan es madurar y ayudarse a sí mismos a ver como es realmente la vida,
sin corazas y afrontando sus propios miedos. Como siempre, también hay lugar
para la lírica amorosa, todos conocemos la parte hippie de Devy, al igual que
conocemos su faceta estúpida. Después de un disco conceptual sobre un
extraterrestre que viaja a La
Tierra a por café, pocas cosas hay más estúpidas que esta
para escribir, o así creíamos hasta ahora. En fin, podría diseccionar el largo
canción por canción pero esto nos llevaría horas y horas y tanto vosotros como
yo acabaríamos tirando la toalla, así que he optado por lo más lógico y que
cada uno, cuando escuche el disco, interprete la locura insana de Devin como
quiera, que de eso mismo trata el arte.
En el disco
encontramos muchísimas referencias a su añorado proyecto Strapping Young Lad,
sobretodo de los discos ‘Alien’ y ‘City’, siendo este último el que más viene
en mente conforme avanza el disco con canciones como “Pandemic” y
“Poltergeist”. También vemos referencias a la música que hacen sus artistas
invitados como por ejemplo en “Juular”, en donde colabora Ihsahn, que tiene una
parte blackmetalera con los clásicos blast
beats magnificados por las orquestaciones, que queda que ni pintado para el
señor Ihsahn; y “Planet of the Apes” compuesta por unos riffs entrecortados y pesados propios de Between The Burried and Me.
Pero pese a todas estas fusiones y contar, debidamente seleccionados, con los
mejores intérpretes invitados para las composiciones del canadiense, hay dos
canciones que destacar por encima del disco y que realmente significan una
revolución. La primera es una canción de casi 17 minutos llamada “The Mighty
Masturbator”. No, no está inspirada en la pintura de Dalí, no, tampoco habla
sobre sexo, realmente ni sabría deciros de qué trata exactamente, pero para qué
os hagáis una idea tenemos: un inicio extraído de una balada de esas que hacen
historia que podría estar firmada por cualquier grupo de Hard Rock de los
ochenta, unos coros sublimes que en su momento Beethoven creó y revolucionó con
su Novena Sinfonía, discursos absurdos con gramolas de fondo que Devy introduce
así porque sí en medio de la canción y, de repente, un drástico cambio a
sonidos distorsionados y una base Dance englobada por Devin haciendo un
discurso cual Hitler, llegando a un estribillo que podría haber hecho
perfectamente cualquier grupo de radiofórmula, es más, te incita a desfasar como
si estuvieras en el podio de una discoteca, cerrando el tema con una armonía de
final feliz cual película como si hubiera sido extraída de la banda sonora de Nightmare Before Christmas. Esto sí es
una paja mental y lo demás son tonterías.
La otra frikada a
destacar es la canción que da título al disco: “Deconstruction”. ¿A quién se le
ocurriría grabar sus gases e introducirlos en un disco como inicio de una
canción? Al señor Townsend, como no. ¿Recordáis esos riffs cual leitmotiv de
su disco ‘Ziltoid, the Omniscient’ que aparecían siempre cuando iba a hablar el
carismático extraterrestre? Aquí tenemos algo similar para presentar a una
hamburguesa de queso. ¿Hace falta contratar a un coro profesional para hacerle
un himno a una hamburguesa? La cara que habrán puesto los checos al enterarse
que tenían que cantarle a una hamburguesa de queso seguro que es para enmarcar.
Esta frikada, porque no tiene otro nombre, recuerda muchísimo al ultimo disco
mencionado, con sinfín de solos, riffs
muy rápidos adornados por sampleados junto a los coros ya citados, que luego desaparecen
y dejan paso a un caos sonoro, muy en la onda de “All Hail The New Flesh” del
disco ‘City’, envuelto por riffs que
podrían estar firmados por los mismísimos Necrophagist, para acabar con la
impresionante voz lírica de Devin, que hacía años que no nos mostraba y que
muchos de sus seguidores creíamos que no escucharíamos de nuevo debido a su
desgaste. El toque final es un eructo, precioso cuanto menos.
Dicho esto, volver
a remarcar lo ilógico e indescriptible que es este disco. Realmente es su
trabajo más insano, sin drogas de por medio (cosa algo difícil de creer), que
conforme escuchas de nuevo descubres pequeños detalles que se te habían pasado
por alto. Este trabajo es el más elaborado con composiciones y fusiones
ilógicas que ha sabido unir de un modo que puede parecer difícil de entender
con la primera escucha pero que hace que tu oído te pida escucharlo de nuevo.
Finalmente nos ha mostrado toda esa violencia que hacía años que había guardado
y que muchos esperábamos, sobretodo por volver a encontrar citas a Strapping
Young Lad. Quizá quede algo exagerado decirlo, y esto no lo digo como seguidora
de la música de Devin Townsend, sino visto de un modo frío y comparándolo con
los trabajos musicales que se han hecho hasta este año. ¿Quién ha podido
ofrecer un disco tan variado y rico? Nadie y estoy segura que, aunque pueda
pasar desapercibido a los grandes oídos por la música que practica, significa
un antes y un después en el mundo de las mezclas de estilos. Realmente bizarro.
16 Mayo '11
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